Las sospechas crecen cuando no hay respuestas
Cronista.com
Fernando Gonzalez Director Periodístico 
Nada hubiera sido más conveniente para el vicepresidente Amado Boudou que aceptar el pedido de la UCR y que una comisión investigadora aclarara en el Senado que sus vínculos con la imprenta ex Ciccone Calcográfica no tienen nada de sospechoso. El Parlamento es un escenario adecuado para tratar este tipo de denuncias con repercusión política y, además, hubiera contado allí con la protección de la amplia mayoría kirchnerista en la Cámara Alta.
Pero la intención del Gobierno es evitar cualquier explicación a la sociedad sobre los nexos entre Boudou y la imprenta que ahora se dispone a imprimir billetes para el Banco Central. Lo mismo sucede en la Justicia, donde los abogados de un socio del Vicepresidente ya recusaron con éxito al juez Daniel Rafecas y están cerca de lograr lo mismo con el fiscal de la causa, Carlos Rívolo. ¿El motivo? Haberle comunicado a la prensa el resultado de un allanamiento luego de consumado, trámite natural en la Justicia.
Las denuncias que Boudou hizo hace un mes exacto sobre supuestas mafias con conexiones políticas, judiciales y empresarias que buscan perjudicarlo merecen una investigación profunda y no este comportamiento huidizo del Gobierno que sólo logra acrecentar más las sospechas.
Fuente:publicado en www.cronista.com