sábado, 5 de mayo de 2012

Galuccio, una señal de cambios en los precios
INFORMADOR PUBLICO
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Finalmente ayer, después de la votación de la confiscación de YPF, la presidente anunció la designación de Miguel Galuccio como gerente general de la compañía y se supone que una vez que se termine la actual intervención de la empresa y se convoque a la asamblea de accionistas, la misma lo ratificará como CEO. Si bien los antecedentes de Galuccio son impecables -como señalamos ayer- el hecho de aceptar ser controlado por La Cámpora arroja serias dudas sobre las perspectivas de su gestión. Por otra parte, es sugestivo que Galuccio sea un experto en extraer petróleo de los pozos explotados o a punto de extinguirse. O sea, en seguir con la política de Repsol y otras muchas petroleras de agregar más bombillas al mismo mate. Por otra parte, no tendría experiencia alguna en materia de shale oil y shale gas y tampoco es un especialista en conseguir inversores.
Cuando el pasado condena
Así las cosas, continúa el mismo interrogante que es la obsesión del mercado. Es decir, cuál será el precio que se les pagará a los que extraigan petróleo y gas. Si seguirán siendo los 45 dólares que se paga hoy el barril y 2,70 dólares el BTU de gas -precios que anteayer defendió Agustín Rossi en la Cámara de Diputados y que antes había sostenido Axel Kicillof- o, en cambio, se pagará el precio internacional que fue totalmente descartado por CFK. En una interpretación razonable podríamos deducir que se pagará un precio intermedio, lo que tal vez sea suficiente para algunas inversiones. Pero las mismas serían, por cierto, insuficientes y mucho menores a las que habría si se pagara el precio internacional. La verdad es que fijar un precio intermedio, en el actual marco de suprema inseguridad jurídica, no les daría a los inversores ninguna garantía de que el gobierno no cambie las reglas de juego de la noche a la mañana, como habitualmente lo hace.
Rompiendo su práctica de no confrontar con él personalmente, la presidente atacó ayer a Hugo Moyano por su reclamo de subir el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, sosteniendo que el Estado, con esos impuestos, financia la asignación universal por hijo. Además, acusó a los sindicatos de comprar dólares sin dar más detalles y atacó a los empresas vinculadas al negocio petrolero de “llevársela con pala”. Aprovechó también para asegurar que no se volverá a la vieja YPF, que beneficiaba a los contratistas y compraba equipos e insumos con enormes sobreprecios. Una aclaración muy oportuna, en momentos en que muchos analistas económicos dan por hecho que en realidad se va a montar una nueva y gigantesca Aerolíneas Argentinas, deficitaria e inviable.
 FUENTE:Publicado por www.informadorpublico.com

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