Tomar decisiones sin red ni filtro no es buena receta
Cronista.com
Hernán de Goñi 
Subdirector Periodístico
La Presidenta dio ayer una muestra de racionalidad, al reconocer que el cambio en el régimen de liquidación de exportaciones que Economía había puesto en marcha hace apenas 15 días, generaba más perjuicios que beneficios. 
Cristina Kirchner puede argumentar que aceptó esta flexibilización solo para disponer un beneficio para las pymes (el 85% de los exportadores reviste esta categoría). Pero lo que evidencia es que su esquema de toma de decisiones tiene deficiencias visibles. Si ningún funcionario pudo advertirle a la mandataria que la reforma iba a convulsionar la operación del comercio exterior, al punto de estrangular la oferta de dólares (lo opuesto a lo que se buscaba), lo que hay para revisar es más profundo. Sus efectos no eran impredecibles. De hecho, la presunción de su impacto la transformó en noticia de tapa de El Cronista del 26 de abril.
Aunque Cristina dio a entender que esta corrección surgió por un aviso de Guillermo Moreno, otros aseguran que el secretario fue su impulsor y que la Presidenta reaccionó por las quejas que llegaron hasta los economistas de La Cámpora. Este dato hoy ya es secundario. Lo que deja a la vista es que tomar decisiones en soledad no es necesariamente una buena fórmula de gestión. El equipo siempre pesa, sobre todo cuando no ayuda a filtrar los errores.
FUENTE:Publicado en www.cronista.com