INFORMADOR PUBLICO
Por Carlos Tórtora
El proyecto oficial de reforma de la Carta Orgánica del BCRA produjo coincidencias en la mayor parte de los analistas. Por ejemplo, no hay dudas de que el objetivo de la reforma es una vuelta a los ‘80, cuando el Banco Central era el principal financiador del gobierno. La transferencia de recursos para el gasto público se realizará mediante el impuesto inflacionario. En este punto es donde aparecen las incógnitas, porque se combinarían dos factores, una emisión monetaria que se incrementaría en un 30% y un atraso cambiario que rondaría el 15%. De concretarse este escenario, las condiciones serían ideales para que aumente la inflación y tal vez también la demanda de dólares, ante el alarmante retraso del tipo de cambios y la probable caída de las reservas. En medios de la Secretaria de Comercio trascendió que en el gobierno ya se estarían analizando eventuales medidas para intervenir si estos factores de riesgo toman cuerpo.
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Asesores de Guillermo Moreno ya estarían trabajando en un paquete de medidas que, según sus autores, podrían llegar a aplicarse en forma sucesiva o conjunta según cómo evolucione la situación. Aunque, aclaran, lo ideal para el gobierno sería no verse obligado a aplicarlas, porque alterarían el humor de los mercados.
Para empezar, el poderoso Secretario de Comercio tendría en vista perfeccionar las actuales restricciones a la compra de dólares. Se mantendría el actual requerimiento de la autorización previa de la AFIP, pero se le agregaría otro: una declaración jurada sobre el destino específico de los dólares a comprarse. En el caso de las compras de turistas todo estaría claro, pero a partir de allí las complicaciones serían inmensas. Por ejemplo, si los dólares fueran para una compra inmobiliaria habría que aportar documentación que compruebe que se realizará la operación. En definitiva, un corsé cada vez más apretado.
La segunda medida consistiría en la violación lisa y llana de un contrato suscripto por el Estado. En este caso, el que establece el pago de los BODEN 2012 en dólares. El próximo vencimiento de los BODEN será en agosto y por 1500 millones, que el gobierno podría optar por pagar en pesos.
Pero la inagotable imaginación del morenismo daría para más, porque también se habla de un proyecto de ley que levantaría una ardua polémica. Su objeto sería obligar a los argentinos que tengan depósitos bancarios en el exterior a que los traigan al país. Esta repatriación forzada de los depósitos en blanco podría aumentar la demanda de dólares en el mercado negro y la fuga de capitales, por lo que estaría reservada para un caso de extrema necesidad.
FUENTE:Publicado en www.informadorpublico.com
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