La expansión del imperio económico cristinista
La expansión cristinista también se está dando en un rubro muy caro a la familia presidencial, como son las inversiones inmobiliarias. Basta con recordar que el fallecido ex presidente cimentó su fortuna durante los ‘80 ejecutando hipotecas en Santa Cruz, lo que le permitió acceder a la propiedad de una serie de campos e inmuebles. Ahora, utilizando los resortes que otorga el ejercicio de la suma del poder, se estarían consumando inversiones en gran escala concentradas en distintas zonas de la Patagonia. Para empezar, una sociedad anónima vinculada a figuras de primera línea del gobierno, habría comprado el año pasado el Hotel Peñón del Lago & Resort, ubicado dentro de la reserva de Nahuel Huapi, frente al lago del mismo nombre. En esta operación participó un fuerte estudio jurídico de Bariloche, cuyo presidente, Roberto Andrew Eiletz, sería uno de los compradores del hotel. Otra compra, de similares características habría recaído sobre el emprendimiento Dos Cerros. Eiletz habría deslizado ante un grupo de amigos que el verdadero comprador fue Máximo Kirchner pero que el operador en los negocios referidos sería Julio De Vido en persona. “Lázaro Báez está en penitencia hasta nuevo aviso. El tipo es muy desprolijo y se dejó engañar por un pichi como Leonardo Fariña, muy mal visto en el círculo íntimo de la presidenta”, señala una versión sobre las razones por las cuales Báez habría sido apartado del nuevo plan de negocios.
A todo esto, en círculos empresariales de Bariloche circula una interpretación que vincula la crisis provocada el año pasado por las cenizas del volcán Puyehue con las nuevas inversiones del cristinismo en la zona, una de las más afectadas por el fenómeno. Durante meses y meses Bariloche, con los vuelos suspendidos, sufrió por los hoteles vacíos y el turismo eligiendo otros destinos. Simultáneamente, los precios de las propiedades quedaron por el piso y fue precisamente entonces cuando se pusieron en marcha una serie de compras inmobiliarias dirigidas desde Olivos. La versión que comentamos agrega que algo raro ocurrió con la conducta del gobierno nacional durante la crisis de las cenizas que duró más de siete meses. El caso es que el gobierno nacional no se mostró demasiado entusiasta en auxiliar a Bariloche cuando se llenó de cenizas, los precios bajaron considerablemente y se hizo fuerte el rumor de que el centro turístico ya no podía subsistir. En los medios de comunicación se reflejaron entonces numerosas críticas a la extraña pasividad de la Casa Rosada. En esta secuencia, después de que los precios bajaron a su piso y los operadores oficiales terminaron una serie de adquisiciones multimillonarias, por arte de magia se reanudaron los vuelos y el corredor aéreo volvió a funcionar a full, cuando en realidad las condiciones objetivas, o sea la presencia de cenizas, no se habían modificado en absoluto.
Las frutillas del postre
La probable vinculación entre la conducta del gobierno nacional en la crisis de las cenizas y el shopping inmobiliario referido sería todavía más verosímil en función de la magnitud de otras dos operaciones. La primera, realizada con la participación de los operadores señalados, habría consistido en la compra de Catedral Alta Patagonia S.A., la empresa explotadora del complejo que funciona en ese cerro, y que es el más importante de Bariloche para los deportes de invierno. Alta Patagonia la habría comprado hace cinco meses, como prestanombre, el dueño de la empresa de micros de larga distancia Vía Bariloche, Roberto Trappa. Una semana después -el 20 de diciembre pasado- Trappa se mató en un accidente de auto, al chocar con un ómnibus de su propia empresa cerca de San Martín de los Andes. Ahora quedan los hijos y su viuda, que sería familiar de De Vido.
La segunda compra habría sido nada menos que la del legendario Hotel Llao Llao, durante varias décadas el único cinco estrellas de Bariloche. Los gerentes del hotel siguen negando que Jorge Brito, dueño del Banco Macro, haya dejado de ser el dueño del establecimiento. Pero son muchos los empleados que, reservadamente, dan por descontado que Máximo Kirchner es uno de los nuevos dueños. Brito es un caso particular, ya que hasta el año pasado fue uno de los empresarios estrella del cristinismo. Pero a fin de año Guillermo Moreno lo acusó de estar detrás de la corrida cambiaria que tanto hizo sufrir al gobierno. Por la misma época, sugestivamente, Brito le habría vendido el Llao Llao a una sociedad muy ligada a Máximo.
FUENTE:Publicado en www.informadorpublico.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario