martes, 1 de mayo de 2012

Peronismo, cuentas pendientes (extracto)
Publicado por
Jorge E. Rulli*
Parar el Mundo
            Tomado del libro Peronismo, cuentas pendientes, libro todavía inédito.
Nuestra dirigencia continúa posicionándose ante el mundo con los mismos discursos de treinta años atrás.
Es normal que en la vida tratemos de enfrentar los nuevos problemas con los equipos mentales y con las armas con que enfrentamos a los anteriores. Pero también está en nuestra naturaleza que las nuevas amenazas nos despierten mecanismos de innovación que lleven a producir cambios en los paradigmas y por lo tanto en las conductas. En política esta ley de la evolución y de la adecuación de lo humano a sus circunstancias, suele oponerse a la indolencia mental de los que conducen, que, muchas veces prefieren continuar utilizando los viejos equipos de ideas al riesgo inevitable que implica siempre cambiarlos por otros nuevos y aún no experimentados. Esas tensiones entre lo viejos criterios y los nuevos, se tornan más agudas en los momentos en que pareciera que el tiempo se acelera y en especial cuando dominan ideologías cerradas que como el marxismo vulgar, inhiben la generación de nuevos pensamientos. No son temas menores, estamos refiriéndonos a las causas que suelen desencadenar enormes fracasos colectivos.
Es el caso que hemos abordado repetidamente, de cómo la dirigencia política en la Argentina se posiciona frente a la Globalización y de sus discursos y justificaciones. Por pereza intelectual o acaso por la medrosidad a que los conduce un pensamiento mecanicista y la falta de hábitos de diálogo y de reflexión, enfrentan las nuevas circunstancias y relaciones planetarias con los mismos sistemas de ideas y hasta con el mismo repertorio de consignas que empleaban en las épocas de las luchas contra el imperialismo, durante la primera mitad del siglo XX… Convencidos que todo es más de lo mismo, no consideran necesario cambiar las miradas… El resultado es desastroso y complejiza hasta lo infinito el escenario de la política y de las nuevas sumisiones coloniales, dado que, nos encontramos con que en el siglo XXI se puede ser antiimperialista en la mejor tradición de las izquierdas progresistas del siglo anterior y a la vez compartir los presupuestos básicos en que se apoya el sistema del capitalismo global y mantener simultáneamente, excelentes relaciones con las empresas transnacionales.
El sabio Gottfried Leibniz dijo alguna vez, a principios del siglo XVIII, que la política es el arte de lo posible. Juan Perón, en su obra Conducción Política del año 1952, añade que: “La conducción política es todo un arte, y ese arte está regido por princi¬pios, como todas las artes. Si no tuviera principios no sería un arte, así como una ciencia que no tiene leyes tampoco es una ciencia. La diferencia que hay entre la ciencia y el arte consiste en que la ciencia se rige por leyes, leyes que dicen que a las mismas causas obedecen los mismos efectos, y el arte se rige por principios que son comunes en su enunciación, pero que son infinita¬mente variables en su aplicación, y ahí está la dificultad del arte, porque el arte no presupone solamente la aplicación de leyes, sino también la aplica¬ción de principios en los cuales la creación representa el ochenta por ciento del fenómeno, y la creación no es producto de una técnica. La creación es producto de una inspiración que los hombres tienen o no tienen”.
Cuando quienes conducen la política son incompetentes, resentidos, van detrás de sus propios intereses u olvidan el profundo sentido de patriotismo que deberían inspirar todas las acciones de gobierno, están olvidando los principios que rigen el arte de la política y están asegurando su próximo e inevitable fracaso. No todos han nacido para la conducción y menos aún se han formado para ejercerla, cultivando el método respectivo. Si los argentinos persistimos en olvidar las penosas experiencias de las que venimos, y nos empeñamos en confundir a hombres improvisados y venales como conductores, continuaremos tropezando en la misma piedra, a la vez que asegurando el fracaso de todo proyecto de cambio. Entiendo que es lo que nos está ocurriendo. No sólo se han olvidado hace mucho las banderas de Soberanía política e independencia económica, a las que ya ni siquiera se mencionan y que guiaran el resurgimiento de nuestro país en otras épocas, sino que, bajo la cobertura de miradas liberales y supuestamente progresistas, se enaltecen y promocionan, nuevas dependencias a tecnologías y modelos de exportación que remachan las cadenas de la dependencia.
 * Nacido en Buenos Aires en junio del 39. Desde el Peronismo de la Resistencia al Ecologismo y la antiglobalización.
FUENTE: Publicado en www.pararelmundo.com

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