¿La “Doctora”, como le dice Kicillof, es abogada o estudiante avanzada?
INFORMADOR PUBLICO
Paul Schmidt, el presidente húngaro, debió renunciar anteayer por haber plagiado hace 20 años su tesis doctoral. Schmidt es aliado del primer ministro conservador nacionalista Viktor Orban. Éste, desde que fue elegido, es acusado desde distintos sectores por cercenar los derechos de la oposición, algo semejante a lo que ocurre hoy en nuestro país. El caso es que la presión sobre Orban de distintas cancillerías europeas le está restando margen de maniobra y así es que se vio obligado a entregar, por ejemplo, a su amigo Schmidt. En nuestro país, el poderoso Secretario de Programación Económica, Axel Kicillof, está actualizando un caso similar al del renunciado presidente húngaro. Se trata del calificativo de “doctora” que el joven economista utiliza para referirse a la presidente. Sin duda no habrá sido la intención de Kicillof reflotar el tema, pero la realidad es que la doctora nunca mostró su título de abogada. Es más, en una investigación que hicimos Juan Cruz Sanz, Cristian Sanz y quien escribe esta nota, comprobamos la existencia de la prueba documental que demuestra que Cristina Fernández fue una estudiante aventajada de derecho, pero que nunca se recibió. Dicho documento estaría hoy en la caja fuerte del decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata.
La sospecha que sigue viva
Las sospechas comenzaron cuando se tomó conocimiento de que nunca nadie vio a CFK jurar como recibida en la UNLP. Además -y muy sugestivo- en el portal oficial de su candidatura presidencial, en el 2007, figuraba que se casó con Néstor Kirchner en el ‘74 y que estuvo embarazada en el ’75. Pero un hecho tan importante como es recibirse de abogada no figuraba. Fue entonces que Sanz la denunció por usurpación de honores en el juzgado federal de Norberto Oyarbide. Éste pidió informes al rectorado de la UNLP. La respuesta fue la afirmación de que era abogada, pero las autoridades de la casa de estudios no mostraron el título ni el certificado analítico que demuestra las materias que rindió. El mismo estaría en una caja fuerte de la Facultad de Derecho. Pero el inefable Oyarbide se dio por conforme con la palabra del rector, lo que motivó que Sanz apelara ante la Cámara Federal, que se limitó a confirmar lo resuelto por el juez. Después de estos episodios, el protocolo oficial pasó a referirse siempre a la presidente como “doctora”, término que, imprudentemente, utiliza el oportunista Kicillof. En la actual degradación institucional que nos coloca en el nivel de una republiqueta, es imposible que un juez ordene al decano de derecho de la UNLP que entregue el analítico o el título de CFK. Pero aún más sospechoso es que, para desmentir las suspicacias, la presidente no haya mostrado nunca estos documentos.
FUENTE:Publicado en www.informadorpublico.com
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