Publicado en iEco
La oferta de divisas, o la insuficiencia de divisas, se insinúan como uno de los factores económicos clave para el año próximo . Es el punto en el que convergen unas cuantas variables fuertes: entre otras, el ingreso y salida de capitales, el saldo comercial, la certidumbre o la incertidumbre y, como derivado, las expectativas.
De un modo u otro, todas ellas están jugando hoy en el tembladeral cambiario. Y más de un especialista calcula que seguirán presentes al menos en parte de 2012.
Una oferta insuficiente frente a la demanda, alimenta las presiones que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, ejercen sobre todo bicho que camine en el mercado. El cerrojo alcanza a bancos, casas de cambio y hasta coleros ; a compradores chicos y grandes; a exportadores e importadores y a multinacionales que quieren transferir ganancias a sus casas matrices.
La lista sigue, pero sólo dos ejemplos de estos días revelan hasta dónde llega el temor a la pérdida de reservas . Y lo muestran mucho mejor que cualquier relato oficial.
Metido en cada movimiento bancario, Moreno llamó a un importador para preguntarle, no del mejor modo, para qué necesitaba 3 millones de dólares. Y a un banquero, porque había vendido 500 mil.
Tal cual se ve, ningún monto sideral .
En tren de apretar, a menudo el secretario de Comercio equipara maniobras especulativas con divisas imprescindibles para el proceso productivo. O traba la entrada de insumos útiles para fabricar bienes que luego serán exportados a un valor mucho mayor al de la importación.
Sin embargo, el contraste entre tanto esfuerzo y el stock de reservas no arroja el mejor resultado. Según la consultora ACM, desde que la AFIP metió mano en el mercado los activos del Banco Central cayeron US$ 1.516 millones , o sea, en apenas veinte días.
Seguro que el drenaje habría sido considerablemente más grande sin la intervención de Moreno y Echegaray. Pero una cosa no barre con otras dos: que particulares y empresas consideran barato al precio del dólar o buscan anticiparse a nuevas medidas y que el Gobierno dejó crecer el problema y lo enfrentó tarde .
Entre el pico de julio y ahora, las reservas bajaron de US$ 52.000 millones a US$ 46.000 millones. Tienen adentro préstamos de corto plazo de bancos centrales del exterior por 3.500 millones. Y así la película pudiese ser congelada, habría que computar vencimientos que en diciembre oscilan entre 2.000 y 2.500 millones.
Este o uno semejante es el escenario que quedará para el año próximo. Y el Gobierno deberá encontrar una estrategia que transforme la incertidumbre en confianza, nada más y nada menos .
Eso podría permitir que en vez de salir, los capitales ingresen. Pero la vía enfrenta, ya, un par de obstáculos complicados y ambos apurados, justamente, por las expectativas.
Uno es que en 2011 se fugarán del sistema financiero arriba de US$ 24.000 millones , más incluso que el récord del 2008, cuando confluyeron el efecto de la crisis internacional y el conflicto con el campo. Otro, que los operativos no parecen garantizarles a quienes traigan dólares la posibilidad de recuperarlos en el momento que quieran.
Por eso, los economistas consideran decisivo al saldo del balance comercial en el sentido de que sería, si no la única, la mayor fuente de divisas. Nuevamente, la Argentina dependerá de la super soja y de que la crisis en Estados Unidos y Europa no sacuda al precio del grano y sus derivados.
El superávit aún luce robusto, aunque viene en declive. Según una encuesta habitual del BCRA, la mayoría de los consultores prevé que este año andará por debajo de los US$ 9.000 millones y lejos de los 12.000 millones de 2010 o los casi 17.000 de 2009.
Sin que se sepa cómo hizo los cálculos, Amado Boudou estima US$ 11.000 millones para 2012. Las proyecciones privadas cantan US$ 6.359 millones o tal vez menos, con un impacto grande de las importaciones energéticas: la eliminación de subsidios aliviará las cuentas fiscales, pero no reporta dólares .
Tampoco ganaría mucho el Gobierno si, con nueva reforma a la Carta Orgánica del Central, intentara sacarle más reservas para cubrir vencimientos con los acreedores. El riesgo implícito en una movida así es quitarle poder de fuego en el mercado cambiario.
El kirchnerismo nunca aceptó armar un fondo de contingencia en las épocas de vacas gordas, como hicieron otros países de la región, para poder contar con recursos en la hora de vacas flacas. Puesto en términos de quienes siempre lo recomendaron, se ha quedado con instrumentos de política económica limitados .
Claramente, entonces, la pelota está picando en el campo oficial. Y asoma una alternativa que Boudou alienta hace meses y no ha logrado perforar la resistencia de Olivos: consiste en salir al mercado de crédito internacional, aunque embarra el relato del desendeudamiento.
Además de acertada, cualquier decisión debe evitar meter más ruido del que ya existe, pues podrá ser medida en demanda y salida de divisas.
En el mientras tanto y quizás por mucho tiempo, seguirán los controles y el activismo de Moreno y Echegaray. Pero se sabe de sobra: cuanto más presión tiene una olla, mayor resulta el efecto que provoca abrirla. Fue el caso, ahora mismo, de la“convertibilidad tarifaria” , como un experto del sector definió al desmantelamiento del sistema de subsidios.
Fuente:iEco.com
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