viernes, 10 de febrero de 2012

De Mendiguren enfrenta su peor momento en la UIA

LaPoliticaOnline

Desde que ingresa a la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA) hasta que se retira, su presidente, José Ignacio de Mendiguren, enfrenta por estos días, reproches de cada dirigente que le pasa cerca, ya sea de grandes empresas o Pymes regionales. 

Son días para olvidar. Le recriminan haber pregonado una relación cercana con la Casa Rosada durante el año pasado, especulan, con la intención de regresar al gabinete nacional.

ES que aún antes de asumir el crago, De Mendiguren pregonaba que había que acercarse a Cristina, que de esa manera se podía incidir para que estuviera "bien" rodeada en su segundo mandato y prevalecieran las decisiones "racionales".

El paroxismo de esa línea política fue la famosa celebración del día de la Industria en Tecnópolis, donde De Mendiguren pronunció un discurso de un alineamiento tan marcado con la Casa Rosada, que al finalizar el titular de la UIA,Cristina afirmó: "Suelo contestar los discursos, pero en esta ocasión no tengo nada que contestar".

Esta estrategia se estrelló contra una pared inflexible: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El argumento de acercase para influier resultó casi irrisorio cuando llegaron las primeras medidas del secretario de Comercio Interior. Su entronización coincidió con el declive de la agran apuesta "racional" de De Mendiguren, el ministro de Planificación, Julio de Vido.

El forzado paso atrás de los ministros "racionales", Julio de Vido, Débora Giorgi y Hernán Lorenzino, dejó muy descolocado a De Mendiguren ante sus pares. Y lo peor: quedó entre dos fuegos. Presionado por las automotrices que se quedaban sin autopartes, De Mendiguen salió a cruzar el nuevo régimen de control de las importacione y se ensarzó en una pelea casi personal con el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.

Tan evidente fue su desacople con el nuevo escenario que en la reciente visita de su par de la poderosa federación industrial de San Pablo, Paulo Skaf, directamente estuvo asusente y la única representación de la UIA la ofreció, el kirchnerista Juan Lascurain.

Superávit o muerte


Es que la promesa de Moreno a Cristina de recuperar el superávit perdido  a fuerza de cerrar de manera indiscriminada las importaciones, está complicando a crecientes sectores de la producción. Pero poco puede terciar De Mendiguern, ante un Moreno que revalidó sus pergaminos ante la Presidenta al haber logrado frenar la corrida cambiaria. Como entonces poco importan los costos. Es verdad que los controles generaron un mercado paralelo que parece haber llegado para quedarse (hoy el dólar blue cotizaba 4,80 pesos), pero la fuga se frenó.

En ese marco, las quejas que enfrenta De Mendigueren no cesan. Las primeras llegaron desde las automotrices, que importan el 80 por ciento de sus autopartes. Cristiano Rattazzi no anduvo con vueltas y amenazó con cerrar la planta de Córdoba sino le liberaban un barco. 

Pero hay más casos. Se complica la llegada de stents para intervenciones cardíacas. Ghieso, la empresa de indumentaria, importa el 60% de su stock y si no destraba los embarcas deberá cerrar y dejar en la calle a 300 empleados, según advirtieron sus ejecutivos.

Los problemas pueden llegar a sectores sensibles de la economía, como la construcción, que hoy no puede planificar edificios de más de 30 pisos porque necesita ascensores importados, por lo general de la marca Mitsubishi.

Los desarrolladores que alcanzaron a comprarlos tampoco pueden respirar aliviados, porque no tienen insumos y deben clausurar cada uno que deje de funcionar. 

Moreno no se inmuta ante estos ejemplos y hasta se despacha con exabruptos cuando recibe quejas, como le pasó a los ejecutivos de Danone, obligados a dejar de vender 5000 botellas de agua Eviar que importaban. 

“No puedo creer que haya gente tan pelotuda que tome agua importada”, se despachó el secretario de Comercio Interior, a quien los empresarios no saben “como entrarle”, segúnr econocen.

Incluso, una central de Neuquén tuvo que frenar su actividad, porque unr epuesto que apenas cuesta 1000 euros está parado en un container en el puerto de Buenos Aires.

De Mendiguren escucha azorado estas anécdotas. El martes, en la última reunión del Comité Ejecutivo, consiguió una tregua para evaluar el resultado del cepo importador. 

“El problema es que si no hay stock, no hay producción y ahí se va armar de vuelta”, presagian en la UIA. Y esa es hoy la línea que divide los conflictos: los que tienen stock de insumos importados hacen como si aquñi no pasara nada. 

De Mendiguren se refugió unos días en el spa adventista de Puiggari, pero los masajes y las caminatas si bien le mejoraron el estado físico no le ofrecieron ninguna solución para las restricciones crecientes que afectan a sus pares.

FUENTE:Publicado en www.lapoliticaonline

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ARCHIVOS DE TEMAS DEL BLOG

Buscar articulos