El semestre del ajuste
Urgente24
Cuanto suceda en el curso del año estará compendiado en el primer semestre. No significalo antes expresado que —pasado junio— nada importante o novedoso sucederá entre nosotros. Por de pronto, los imponderables están a la vuelta de la esquina y no avisan. Que lo diga si no Cristina Fernández.
Los seis primeros meses marcarán a fuego el año 2012 en razón de que el ajuste en curso comenzará a percibirse en toda su magnitud recién en marzo. El aumento de las tarifas de los servicios públicos y el del boleto del subterráneo impactarán después de las vacaciones, pero a ello será menester agregarle la apertura de las paritarias, el comienzo de las clases y los incrementos en los medios de transporte alternativos, como el colectivo y el tren, en las telefonías celulares, las cocheras, patentes, expensas, útiles escolares y medicina prepaga.
Ya ha comenzado la discusión salarial entre los docentes y el gobierno nacional, que bien podría considerarse un caso testigo. Luego, durante marzo y abril, serán materia de negociación el resto de los convenios colectivos vigentes. La pulseada a nivel general encontrará a la administración kirchnerista y al grueso del empresariado de un lado de la mesa y a los gremios del otro. El aumento de 18% como máximo es la cifra que barajan aquéllos. Éstos, en cambio, se sentarán con un número algo mayor en la cabeza: 25%.
Si las estimaciones de todas las principales consultoras económicas llevan razón, los precios subirían este año 25 %. Difícilmente, pues, los representantes sindicales se bajen de su posición de mínima. Con la particular coincidencia de que la inflación de 2012 estará directamente relacionada con lo que se decida en las paritarias y, a su vez, cuando éstas comiencen su tarea los reclamos de los trabajadores se hallarán atados a los pronósticos sobre el alza del costo de la vida que se conocen. Algo de todo esto tuvieron seguramente en cuenta los aceiteros que ya cerraron un aumento de 24%.
Nadie predice catástrofes. Sí problemas derivados de lo que hemos definido como la administración de la escasez. El gobierno tendrá que hacer frente a un escenario inédito y, en correspondencia con el mismo, deberá recortar y ajustar sus gastos. Un dato basta para ilustrar lo dicho: en el último trimestre de 2011 casi todos los expertos vaticinaban una cosecha récord de alrededor de 110 millones de toneladas. Pero hizo irrupción La Niña, con una sequía descomunal, y las previsiones desaparecieron sin dejar rastros. Seguramente no alcanzaremos los 100 millones de toneladas y ello representará una merma de al menos US$ 3.800 millones para el país. Y el Estado dejaría de recaudar un mínimo de US$ 1.500 millones.
La estrategia del gobierno no tiene secretos. Desde finales del año pasado, inmediatamente después de que se substanciaran las elecciones presidenciales, puso en marcha lo que denominó sintonía fina, delegó en Guillermo Moreno el manejo de la economía real, cerró prácticamente las importaciones y decidió vivir con lo nuestro, según la recordada frase de Aldo Ferrer.
FUENTE:Publicado en www.urgente24.com
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