lunes, 16 de noviembre de 2015

LA VERDAD SOBRE LA INFLACIÓN.

Foto del perfil de María Celsa Rodríguez (tú)Por  María Celsa Rodríguez
Ludwig von Mises escribió:“cuando un gobierno incrementa la cantidad de papel moneda, el resultado es que el poder de compra de la unidad de moneda comienza a caer, y los precios a subir. Esto es denominado inflación..."[1]

De acuerdo al "del Billion Prices Project situado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), y luego a PriceStats, que es la primera empresa privada que calcula índices de inflación diaria en el mundo, queda demostrada "la manipulacion de las estadisticas oficiales en Argentina" Como dice la página donde se encuentran los datos: "Es un índice más amplio que abarca más categorías de productos y utiliza decenas de miles de precios diarios obtenidos en forma online de un gran número de comercios y fuentes de datos de todo el país".

"En todos los gráficos la línea azul es el dato oficial (INDEC), y la línea naranja es el índice de PriceStats. Las estadísticas se actualizan todos los días con datos de 10 días atrás..."[2]



Pero para entender que es inflación, Mises explica: "Para evitar ser acusado de las nefastas consecuencias de la inflación, el gobierno y sus secuaces recurren a un truco semántico. Tratan de cambiar el significado de los términos. Llaman “inflación” a la consecuencia inevitable de la inflación, es decir, al aumento en los precios. Ansían relegar al olvido el hecho de que este aumento se produce por un incremento en la cantidad de dinero y sustitutivos del dinero. Nunca mencionan este incremento. Atribuyen la responsabilidad del aumento del coste de la vida a los negocios. Es un caso clásico de ladrón gritando “¡Al ladrón!” El gobierno, que produjo la inflación multiplicando la oferta de dinero, incrimina a los fabricantes y comerciantes y disfruta del papel de ser un defensor de los precios bajos". ¿No les resulta familiar esto? El gobierno argentino ha culpado a los comerciantes y empresarios como los provocadores del aumento de la inflación ya que son los que le ponen a sus productos el precio. Por ello los controles de precios llamados "precios cuidados", es una presión sobre los comerciantes y empresarios para pretender frenar las subas del precio de los productos - según lo creen ellos-, pero sin embargo no logran bajar a un dígito el índice de inflación.

Asi, Murray N. Rothbard dijo: "El precio del dinero es entonces el “poder de compra” de la unidad monetaria... ¿Qué es lo que determina el precio del dinero? Las mismas fuerzas que determinan todos los precios del mercado, esa ley venerable pero eterna verdad: “oferta y demanda”. Todos sabemos que si la oferta de huevos aumenta, el precio de los huevos tenderá a bajar; si la demanda de los compradores de huevos aumenta, el precio tenderá a subir. Lo mismo es cierto en el caso del dinero. Un aumento en la oferta de dinero tenderá a hacer bajar su “precio” un aumento en la demanda de dinero lo hará subir ¿Pero cuál es la demanda de dinero? En el caso de los huevos, sabemos lo que quiere decir su “demanda”; es el monto de dinero que los consumidores están dispuestos a gastar en huevos más los huevos retenidos y no vendidos por los hueveros. Paralelamente, en el caso del dinero, su “demanda” equivale a los variados bienes que los consumidores ofrecen a cambio de dinero, más el dinero retenido en efectivo y no gastado durante cierto período temporal. En ambos casos, la “oferta” se refiere a la cantidad total del bien que está disponible en el mercado".[3]

"¿Cuál es, entonces, el poder adquisitivo, o el precio, de un dólar? Será una vasta gama de todos los bienes y servicios que pueden adquirirse con un dólar, es decir, de todos los bienes y servicios existentes en la economía. En nuestro ejemplo, podríamos decir que el poder adquisitivo de un dólar es igual a una docena de huevos, o a un kilogramo de manteca, o a una décima parte de un sombrero, etcétera. En suma, el precio o poder adquisitivo de la unidad monetaria será una gama de las cantidades de bienes y servicios alternativos que pueden adquirirse con un dólar. Dado que esta gama es heterogénea y específica, no puede resumirse en alguna cifra de nivel de precios unitaria."[4]

Como lo aclara el Dr. Gabriel Boragina: "La explicación demuestra la inutilidad de la pretensión de tratar de unificar las diferentes variaciones de precios en relación a un precio o índice común a todos ellos. Lo que en otras palabras nos dice la cita es que no hay un solo poder adquisitivo para el dólar (o la moneda que fuere en cada país) sino que habrá tantos poderes adquisitivos diferentes para una moneda específica de acuerdo a las diferentes valoraciones que las partes contratantes otorguen a dos tipos de bienes diferentes, a saber: por un lado, la moneda que será medio de intercambio, y por el lado siguiente, al bien o servicio que será el objeto de intercambio final. De este entrecruzamiento de valores (que también será diferente de conformidad a las particulares subjetividades de las partes contratantes) saldrá como resultado el verdadero poder adquisitivo de la moneda en cada caso particular. Es decir, el poder adquisitivo variará conforme a cuál sea la derivación de cada operación particular e individual de intercambio.
"Mises también pone de manifiesto la falacia del concepto de “nivel de precios” cuando analiza precisamente cómo aumentan los precios (es decir, disminuye el poder adquisitivo del dinero) en respuesta al incremento de la cantidad de dinero (suponiendo, desde luego, que los planes individuales de demanda de saldos en efectivo o, en términos más generales, las escalas de valores individuales permanecen constantes). En contraste con la hermética concepción económica neoclásica que separa el dinero y los niveles de precios de los precios relativos de los bienes y servicios individuales, Mises demostró que un incremento de la oferta monetaria influye de manera diferente en las distintas esferas del mercado, y con ello modifica inevitablemente los precios relativos. Supongamos, por ejemplo, que la oferta de dinero aumenta un 20 por ciento. El resultado no será, como da por sentado la economía clásica, un simple aumento general del 20 por ciento en todos los precios. Imaginemos, a título de suposición, el caso más favorable, que podríamos denominar el modelo del Arcángel Gabriel, según el cual el Arcángel Gabriel desciende de las alturas y de la noche a la mañana incrementa el saldo de caja de todo el mundo precisamente en un 20 por ciento. Ahora bien, no todos los precios aumentarán simplemente un 20 por ciento, porque cada individuo tiene una escala de valores diferente, un ordenamiento ordinal diferente de las utilidades, incluso las utilidades marginales relativas de los dólares y de todos los otros bienes de su escala de valores. A medida que aumenta el stock de dólares de cada persona, sus adquisiciones de bienes y servicios variarán de acuerdo con la nueva posición que éstos ocupan en su escala de valores respecto de los dólares. Por lo tanto, variará la estructura de la demanda, al igual que los precios relativos y los ingresos relativos de la producción, y se modificará también la composición de la gama de bienes y servicios que constituyen el poder adquisitivo del dólar."[4]
Lo que constituye a nuestro juicio en la refutación más lúcida que se haya dado del concepto falaz de "nivel general de precios" o de "índice de precios" en el que insisten muchos economistas, y cuyo valor solamente puede ser estadístico o meramente académico" afirma Boragina.

Entonces, es el Estado el que genera la inflación, y el que se beneficia con ella, siendo los pobres los más perjudicados.

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Referencias
[1] Ludwing V. Mises “Política Económica (Seis lecciones sobre el capitalismo)”
[2] http://www.inflacionverdadera.com/
[3] Murray N. Rothbard “¿Qué ha hecho el gobierno con nuestro dinero?
[4] Murray N. Rothbard, "La teoría austriaca del dinero", Revista Libertas Nº 13 (Octubre 1990) Instituto Universitario ESEADE, pág. 2-3

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