lunes, 6 de febrero de 2012

Para el fútbol, el TC y el hockey no hay recorte de subsidios

CRONISTA.COM

Fernando Gonzalez 

Director Periodístico
Hay un sector de la economía argentina que es la envidia de los usuarios de luz, agua y gas de clase media y media alta; de quienes utilizan el transporte público; de las empresas de camiones y de las petroleras. Todos ellos están incluidos en los recortes de subsidios que viene llevando adelante el Gobierno como parte del ajuste económico para hacer frente a la caída de los ingresos tanto en el orden externo como el interno. Pero hay una política estatal que está salvo del ajuste. Es la iniciativa para transmitir por la TV pública los partidos de fútbol; las carreras de autos de Turismo Carretera y, ahora, como lo adelantó El Cronista el último viernes, también los partidos de hockey de varones y mujeres. La decisión de subsidiar los deportes masivos sigue sumando millones: el fútbol para todos se llevará $ 875 millones del Presupuesto 2012; el TC para todos otros $ 400 millones y las autoridades nacionales del hockey prefieren no revelar el monto que les pagará el Estado por transmitir sus partidos internacionales.
Dejaremos a un lado en este editorial los detalles de la disputa por los contratos rotos entre el Estado y las empresas privadas que transmitían el fútbol, las carreras de autos y el hockey (el Grupo Clarín, Torneos y Competencias y ESPN) porque eso está en terreno de la Justicia. Y, en el caso del fútbol, la transmisión de los partidos por TV abierta es un derecho ciudadano que gobiernos anteriores no debieran haber cedido. Ya hemos dicho en este diario que no está mal subsidiar al deporte, sobre todo a los deportes amateur, a los semiamateur (como podría ser el caso del hockey) e incluso a los superprofesionales como el fútbol o el automovilismo. Pero, en este último caso, lo deseable sería que el Estado pudiera recuperar la totalidad de ese dinero a través de la recaudación publicitaria, un recurso muy a mano teniendo en cuenta el atractivo que estos deportes tan populares tienen para los anunciantes privados.
La verdad es que, transcurridos dos años del llamado fútbol para todos, está claro que el Gobierno tiene como política utilizar la buena audiencia que atrapan los partidos para emitir su desbordante publicidad política. En definitiva, las tandas publicitarias del fútbol (que promedian entre 5 y 15 puntos de rating según el partido que se juegue, algo así como entre 500.000 y un millón y medio de televidentes) constituyen, gracias a las preferencias de gran parte de la sociedad, la única política mediática oficial exitosa ya que la millonaria pauta oficial con la que financian a los medios gráficos, radiales y televisivos que entregaron su línea editorial a los dictados del kirchnerismo no ha sido suficiente para que alguno de ellos se convierta en un producto exitoso de carácter masivo.
Es importante señalar entonces que, ante un año que puede resultar complicado para la economía argentina según lo admite el propio Gobierno, sería equitativo para los sectores con menores recursos una distribución más racional del esfuerzo que todos tendremos que hacer en el futuro inmediato. Claro que es justo para los más pobres poder ver partidos de fútbol en TV abierta. Pero es injusto que también deban sostener con sus impuestos el déficit de los clubes de fútbol, muchas veces amparados por la corrupción y los favores de ciertos personajes del poder.

FUENTE:Publicado en www.cronista.com

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