lunes, 22 de septiembre de 2014

Antígona de otro cuento III

(*) Carlos A. Coria García.
-Dedicado a María Victoria Moyano Artigas y su incansable lucha por los derechos de los trabajadores.-
Existía un lugar que no había sido conquistado hasta el momento por ningún humano “El Páramo”, es un lugar que tiene similitudes con la “tierra de nunca jamás”, la “historia sin fin”, e incluso con la ciudad que describe Tomas Moro en “Utopía”.
El Rey Henry prometió a su “pueblo” que conquistaría “el páramo” para ellos y en tales circunstancias fue hacia el objetivo, al llegar a la puerta se encontró con un obstáculo, es nada más y nada menos que Maléfica, el hada que custodia ese mundo tan envidiado por los humanos.
Maléfica: -¡No avancen!
Rey Henry: -Un Rey no acepta órdenes de un elfo alado.
Maléfica: -Tú no eres un Rey para mí.
Para que exista la categoría de Rey indefectiblemente debe existir su par, los súbitos. Mando y obediencia son categorías que no pueden existir el uno sin el otro, no hay sometimiento sin sometedor. El poder no existe como entidad, solo es posible por medio de la creencia, de la representación que los hombres le dan, y cuando eso sucede aparece la legitimación al poder, al mando-obediencia, sometedor-sometido. Maléfica es la excepción que el Rey Henry creía que no existía, el Hada no cree en el poder del Rey por tanto no legítima su sometimiento, es un cabo suelto en la lógica del poder.
Lanzar una piedra preciosa al fondo de un lago no es tirarla, es devolverla al lugar que pertenece. Como el cuento del anciano hindú y el lingam-ioni, no existe sólo algunos lugares sacros, absolutamente toda la tierra y los seres que viven en ella son sangrados en idéntica forma.
Amputar las alas a Maléfica no es otra cosa que apuntar su libertad, cuando cualquier ser es víctima de semejante atrocidad se convierte –decía José Ingenieros- en espíritu de rebeldía que es la antítesis del dogma de obediencia, que induce a considerar recomendable la sujeción de una voluntad humana a otras humanas voluntades. En ese inverosímil renunciamiento de la personalidad, la obediencia no es a un ser sobrenatural, sino a otro hombre, al Superior.
La libertad para cualquier ser es la pura creación, la exploración de lo desconocido sin ataduras, sin sometimiento al status quo que rodea la existencia. Despliega tus alas que la tristeza le teme a las alturas. Maléfica sin sus alas se transforma en su antagonista, el Rey, ello deviene en mando-obediencia, sometedor-sometido sobre todos los seres de “el páramo” donde antes vivían y sentían en libertad, el lugar se hace oscuro.
Maléfica sin sus alas es nuestra sociedad sin la palabra, la expresión libre hace de nosotros un hada en libertad, cuando nos apuntan las alas sucede que emprendemos una batalla para recuperarla, salimos a recibir garrotes, prisión, queremos volver a desplegarlas porque los que poseen las alas del hada son la excepción a la lógica del Rey. María Victoria Moyano Artigas es un Hada recuperando sus alas.

(*) Co-Autor: “El Municipio, Historia y Evolución, La Ciudad como municipio. El municipio autónomo”. Tomo I, Moglia Ediciones, 2012.
Co-Autor: “Teoría de la Esencia Política”, segunda edición.
Autor: “The Fundamental Orders, the american constitunional law and its sources”. El Derecho Constitucional Norteamericano y sus fuentes.
http://lineasduras.blogspot.com.ar/
https://unne.academia.edu/CarlitosCoria
ENVIADO POR SU AUTOR

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