martes, 16 de septiembre de 2014

Cruzar el charco -across the pond-.

Foto de perfil de Carlos Coria Por  Carlos A. Coria García.(*)
La vieja y siempre vigente teoría “a quien pertenece la banca” (al partido o al candidato) se coloca en primera fila nuevamente cuando, el o los legisladores -nacionales, provinciales o municipales-, cruzan el charco como lo llaman en el parlamentarismo inglés
La “banca” como se la llama en derecho parlamentario es una entelequia creada por el sistema democrático para sostener una democracia raquítica, inexistente.
Como insisto hasta el hartazgo, una cosa es el sistema democrático avalado por la Constitución Nacional y, para ahondar más: la misma carta magna es la que sostiene entre sus líneas que los partidos políticos son “instituciones fundamentales de la democracia” que en realidad ocultan un temor profundo a las asambleas populares cerrando todo paso con dicha cláusula, otorgando a los partidos políticos el privilegio de ser los únicos titulares del sistema democrático.
Fuera del sistema democrático se encuentra la democracia como forma de vida, que es la única y genuina forma de vivir en comunidad.
La cuestión de las “bancas” y a la obediencia cualquiera sea el costo, no es otra cosa que una pelea intestina entre politiqueros alejados de toda realidad material que perviven por enterrar la segunda y genuina forma.
Cuando la sociedad ignore a los politiqueros estrellas de una película que no les pertenece y pongan en acción los procesos deliberativos colectivos, habiliten las herramientas que les da el sistema como por ejemplo: la consulta popular –ideal para la creación de la bandera-, el plebiscito, la revocación de mandato o recall, audiencias públicas, etc., la situación será totalmente distinta porque los protagonistas volverán a ser los originales y únicos, todos.
El desafío es recuperar el poder natural que siempre perteneció a la comunidad y que le fuera arrancado por la perversión del sistema ideado y construido para someter y no liberar. Disminuir a un mínimo insignificante a entelequias inútiles como “las bancas”, recuperar el poder público. Retorcer el cuello a un sistema que no hace otra cosa que preocuparse por su pervivencia politiquera fútil.
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(*) Co-Autor: “El Municipio, Historia y Evolución, La Ciudad como municipio. El municipio autónomo”. Tomo I, Moglia Ediciones, 2012.
Co-Autor: “Teoría de la Esencia Política”, segunda edición.
Autor: “The Fundamental Orders, the american constitunional law and its sources”. El Derecho Constitucional Norteamericano y sus fuentes.
http://lineasduras.blogspot.com.ar/
https://unne.academia.edu/CarlitosCoria
ENVIADO POR SU AUTOR

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