Ayer cumplí 66 años. ¿Cuándo me hice tan mayor? Ni siquiera puedo recordarlo...
Pero "con 66 años eres aún joven" me dice todo el mundo, sobre todo mi madre, que tiene 93 años, y mi tío, que tiene 96.
Para mi cumpleaños fui con mi mujer Elizabeth al Dome du Marais, un bonito restaurante en el centro de París, ubicado en un lindo edificio que una vez fue una casa de empeño. La casa de empeño, según explicaba el menú, fue erigida por Luis XIV para combatir la usura. En los días anteriores a las tarjetas de crédito, la gente podía ir a la casa de empeño, en lugar de pedir prestado a tiburones, y cubrir sus necesidades financieras.
El Marais es una parte encantadora de la ciudad: calles estrechas, edificios antiguos y pequeñas boutiques. Es mucho más cosmopolita y vanguardista que nuestro vecindario. En una mesa había un grupo de jóvenes profesionales -probablemente de finanzas-, algunos de Inglaterra, otros eran estadounidenses, asiáticos, etc. Se parecía mucho a cualquier grupo de personas que te puedes encontrar en Londres o en Nueva York. En otra mesa había una pareja que parecía escandinava o rusa, cerca de dos estadounidenses que se fueron temprano.
"No parecía París", me dijo mi mujer después. "Podría haber sido cualquier lugar".
Pero ahora dejemos los chismes y volvamos a los negocios.
El Dow Jones ha estado seis veces por encima de un nivel precio/ganancias (ratio P/E) superior a 20 durante los últimos 114 años: al comienzo del siglo XX, a finales de los años 20, a mediados de los 30 (porque las ganancias eran extremadamente bajas), en los años 60, en los 90 y dos veces en la década del año 2000. Cada vez (excepto la última) le siguió un mercado bajista, lo que condujo a las acciones a niveles más razonables.
Igualmente, el Dow Jones se ha situado por debajo del nivel de 10 veces precio/ganancias solamente tres veces durante el mismo período: entre 1915 y 1925, -otra vez- de la Gran Depresión de los años 30 hasta 1945 y por último entre 1977 y 1984. (Las fechas son aproximadas, porque los ratios PE son volátiles). Cada vez que surgía una oportunidad de compra, las acciones subían con fuerza poco después.
La "Estrategia de Trading Simplificada" no podría ser más simple. PE mayor a 20 indica vender; PE menor a 10 indica comprar. Cuando las acciones suben por encima del nivel de 20 veces ganancias, sales del mercado. Cuando caen por debajo de 10, entras. En caso contrario, no haces nada.
Si hubiera empezado a invertir en el año 1900 y, de alguna manera, viviera hoy, siguiendo la Estrategia de Trading Simplificada se hubiera evitado las peores bajadas del mercado, y aun así hubiera aprovechado los grandes mercados alcistas de los años 20, 60, 80 y 90 e incluso de la década del año 2000, dependiendo de cómo hubiera calculado el ratio de precio/ganancias. Si hubiera utilizado el ratio del Premio Nobel Shiller, hubiera estado fuera del mercado bursátil desde finales de los años 90: su CAPE (Precio/Ganancia ajustado por el ciclo económico) nunca cayó por debajo del nivel 10 durante todo este tiempo.
Fácil, ¿no? La tasa de rentabilidad con este sistema hubiera sido de lejos mejor que comprando y manteniendo las acciones, variando dependiendo de qué tipo de medida precio/ganancias hubiera utilizado para decidir cuándo entrar o salir del mercado. Pero la belleza del sistema es que no hay que ser exacto sobre ello. El sistema está diseñado para interpretar bien los grandes movimientos; los detalles prácticamente no importan.
Mi viejo amigo Stephen Jones ha estado estudiando esta cuestión esencial durante décadas y ha descubierto una manera aún mejor de determinar el verdadero valor del mercado de valores y su dirección más probable; mejor que el CAPE de Shiller y que la Q de Tobin (una relación entre el valor del mercado de un activo y su valor de reposición. Cuando es algo, el valor del mercado es alto -está caro-).
Las ganancias, según apunta, son engañosas. Éstas pueden ser infladas por tendencias no sostenibles. Eso es exactamente lo que ocurre en la actualidad; las ganancias son impulsadas por la política de crédito fácil de la Reserva Federal. Es mejor mirar a la economía en su conjunto, al PBI, para ajustar el número a las tendencias macroeconómicas que afectan a las ganancias de las empresas.
Las dos principales variables son la deuda y la demografía, y se ha demostrado que ambas influyen en el crecimiento. A medida que la deuda se incrementa y la población envejece, el crecimiento desciende. Stephen incluyó estas cifras en su modelo, y encontró que el indicador resultante era mucho más preciso que cualquier otra herramienta de predicción del mercado.
¿Qué nos dice este modelo ahora? Primero, los precios de las acciones están valorados por encima del nivel de 20 veces ganancias, considerando las ganancias propiamente normalizadas, como Shiller lo haría. Segundo, el modelo predice una rentabilidad anual de menos del 10,5% para los próximos diez años. Un consejo simple y obvio; es un buen momento para quedarse al margen del mercado.
Pero espere. Si el modelo es tan simple, seguro que el dinero inteligente lo ha visto y se da cuenta cuándo las acciones son caras y cuándo baratas. Seguro que se dan cuenta cuándo los inversores se mueven animados por la codicia y el miedo, y que frecuentemente han valorado incorrectamente el precio de las acciones.
¿Y qué pasa con todos esos tipos con doctorados en Wall Street? ¿No se dan cuenta de la sobrevaloración de las acciones? ¿No ven todo ese dinero en el suelo esperando a ser recogido? ¿No saben que puedes anticiparte al mercado siguiendo nuestra Estrategia de Trading Simplificada? ¡Claro que sí!
Próximamente en esta misma columna responderemos qué es lo que no funciona con el dinero inteligente, por qué dejan tanto dinero al alcance de inversores como nosotros y si no son tan listos después de todo.
Saludos, Bill Bonner.
Bill Bonner es fundador y presidente de Agora Inc., con sede en Baltimore, Estados Unidos. Es el autor de los libros "FinancialReckoning Day" y "Empire of Debt" que estuvieron en la lista del New York Times de libros más vendidos.
FUENTE: Publicado en Inversor Global- Newsletter semanal - Enviado por mail-
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